domingo, 5 de septiembre de 2010

Yasky intentará garantizar la unidad de la CTA después de las elecciones


El dirigente gremial viajó a San Pablo para invitar a centrales de trabajadores de América Latina. Quiere que oficien de garantes de la transparencia de las elecciones y de un acuerdo con el sector de Micheli para evitar una fractura.

El secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), Hugo Yasky y el adjunto Pedro Wasiejko, viajaron ayer a San Pablo para garantizar “la presencia de distintas centrales del continente en las elecciones internas” del 23 de septiembre. Los candidatos de la lista 10 se reunirán con las autoridades de la Central Única de Trabajadores de Brasil (CUT) y con Víctor Báez, titular de la Confederación Sindical de las Américas.
“Estamos hablando con la gente de la CUT, con los compañeros de la Confederación Sindical de Trabajadores de las Américas y también con compañeros de Uruguay. La idea es coordinar una suerte de presencia, una comitiva fraternal de organizaciones hermanas, centrales sindicales de la región para que participen de las elecciones como garantes no sólo de la transparencia del proceso sino también como garantía de la unidad de la CTA” aseguró Yasky a Tiempo Argentino, pocos días antes del viaje.
Tanto Pablo Micheli, el candidato de la lista 1, como Yasky se esfuerzan en negar que la CTA pueda quebrarse debido a la fuerte interna que libran, dentro del mismo espacio, la agrupación Germán Abdala. Sin embargo, la iniciativa que impulsa el actual secretario general parece demostrar que esa confianza no es tal.
“La idea es que tengamos la garantía de que el día después de las elecciones, ese discurso de unidad se va a transformar, en la práctica, en una verdadera decisión de seguir apostando a la construcción de la CTA”, confía Yasky y lamenta no haber recibido todavía respuesta alguna por parte de Micheli. “También les hicimos otra propuesta, que era constituir la próxima conducción en partes proporcionales, de acuerdo a los votos que sacaba cada uno, pero tampoco quisieron”, señala.
Es que a poco menos de un mes de celebrarse las elecciones internas, las posiciones en pugna parecen hoy irreconciliables.
Roberto Baradel, candidato por la lista 10 en la provincia de Buenos Aires, se mostró confiado: “Nuestra lista es muy fuerte, porque en ella están integrados todos los movimientos sociales que venían participando en la CTA, y todos los sindicatos con representación en el sector privado también están jugando con nosotros; y entre los estatales, muchos también”.
En tanto, desde el sector que lidera Micheli los acusan de haber propiciado una afiliación masiva de último momento. “Nosotros presentamos 55 mil fichas nuevas de los movimientos sociales y el sector de (Hugo) “Cachorro” Godoy presentó 8000, ellos plantean que están metidos los intendentes del conurbano, pero lo que están haciendo realmente es abrir el paraguas para explicar la derrota que van a sufrir el 23 de septiembre”, asegura Baradel y agrega: “lo que no se puede hacer es utilizar los argumentos de la derecha para descalificar a los compañeros y a los movimientos que venimos construyendo. No son ni los intendentes ni producto del clientelismo, estos espacios que había construido en el pasado ATE ahora tomaron la decisión de sumarse a nuestra opción, porque tienen una visión política más parecida a la nuestra”.
En tanto, Norberto “Beto” Pianelli, candidato en la Ciudad de Buenos Aires, intenta explicar la cuña que se abrió en la dirigencia de la central. “El debate tiene que ver con qué tipo de construcción queremos, qué tipo de central queremos. Cuando hay cambios, se viven situaciones de crisis, y lo que estamos viviendo es una situación de crisis, pero una buena crisis, porque estamos pegando un salto. De una central que nació en un período negro, que fue muy marginal en un comienzo como para poder resistir el modelo neoliberal cuando todo el sindicalismo se arrojaba a los brazos del menemismo, hoy la central pasó a tener un protagonismo distinto, y eso es exactamente lo que le molesta a Micheli. Esto es una crisis de crecimiento. Cuando se empieza con argumentos del estilo ‘no hay que contaminarse con lo de afuera’ dejás de ser una herramienta transformadora y pasás a ser una herramienta estéril, inútil. Es una posición infantil.”
Yasky, a su vez, aclara: “La madurez y el crecimiento político de la CTA a algunos les produce una crisis de identidad, porque nosotros éramos la CTA marginal, una central testimonial, una mezcla de ONG con centro de estudiantes de Sociología, hoy somos una central de trabajadores y tenemos que asumir las tareas de una central de trabajadores, que consiste en disputar y lograr avances que siempre son parciales, pero van transformando de a poco la realidad”.

Fuente: Tiempo Argentino

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